Érase una vez una empresa familiar, artesanal, de las de Made in Spain 100%, que amaba la elegancia y la comodidad, no parecerse a nadie, la exclusividad y lo genuino.
Amaba lo bien hecho, lo bonito y, amaba por encima de todo, dar servicio a sus clientas, haciéndoles sentir que la experiencia de calzar un zapato Doriani era como ser protagonista de un cuento de hadas y princesas.
Y siempre con una sonrisa.
Una sonrisa puede durar un segundo, pero en la memoria puede ser eterna.
Mirando al futuro con una sonrisa y recordando el pasado con ella puesta.
Ha sido todo tan bonito y parece que ha pasado tan deprisa, más de 20 años en un suspiro.
Solo podemos daros las gracias por todos estos años. Por tanto recibido. Por vuestra atención, vuestros pedidos, vuestra presencia, vuestras emociones.
Sí, ha sido emocionante el camino. Vivir con muchas de vosotras esos momentos tan especiales. Vuestra boda, vuestras fiestas, el día en que bautizaste a tu hijo, la comunión de tu hija, esas fiestas locas de amigas, esas ceremonias tan originales.
Os llevaremos siempre en el corazón.
Esta aventura acaba con un TE QUIERO.
Y como todo cuento tiene su final, el nuestro parece ser que también llega a su fin. Un final feliz. Un final emocionante.
Nosotros vamos a continuar haciendo lo que sabemos hacer pero ya no se llamará Doriani.
Pero sonará de igual modo, cuando camines por las calles con nuestros tacones, con paso firme. Podrá ser Doriani o… quizás no. Pero nosotros seguiremos poniendo el corazón en ellos.